La cuarta edición consecutivamente del Festival MatamoroSon “luego del rescate”, finalizó anoche con un cierre de lujo en “el termómetro” de Carretera del Morro, en Santiago de Cuba.
Ante una repleta explanada en la intersección de Carretera del Morro y calle 3 y Trocha, se encargaron de clausurar el festejo, dos agrupaciones que son puntales en la defensa del son y la música bailable en Cuba: Los Rítmicos de Palma, siempre arriba, y la supercharanga de Cuba, la Original de Manzanillo.
Cada orquesta dedicó más de dos horas de actuación en sus presentaciones ante los bailadores santiagueros y la jornada, en verdad, fue una clausura digna de un evento que consolida el son cada año y que en este 2025 estuvo dedicado al centenario del mundialmente famoso Trío Matamoros y al aniversario 510 de la fundación de la villa de Santiago de Cuba por los colonialistas españoles.
Con Electo Rosell Chepín y Compay Segundo en la memoria, el “MatamoroSon” recordó también el cumpleaños 131 de Don Miguel y el primer lustro de la declaración del 8 de mayo (natalicios de Miguel Matamoros en 1894 y Miguelito Cuní en 1917) del Día del Son en Cuba, instaurado en 2020, género que es patrimonio inmaterial de la nación desde 2012.
Rafael Lorenzo Fong (“Pochi” en el universo musical en Cuba), una de las figuras sobresalientes entre los organizadores del “MatamoroSon” y de otros eventos del pentagrama en Santiago de Cuba, destacó el trabajo y la consagración del compositor Rodulfo Vaillant García, y lo calificó como decisivo en el éxito del “MatamoroSon”.
Por la céntrica Enramadas se desarrolló la procesión inaugural (al estilo de un pasacalle, con conga incluida) desde la Plaza de Marte hasta el monumento a Matamoros en el Callejón del Carmen, y luego la celebración en el Parque Céspedes, en las primeras horas del 8 de mayo.
La fiesta que lleva el nombre del creador de Lágrimas negras, tuvo en este 2025 un evento teórico trascendental, gracias a la organización de Omar López y un equipo de la Oficina del Conservador de la Ciudad (OCC), quienes lograron aunar en un programa de dos días: 9 y 10, sesiones con amplitud de temas sobre el Trío Matamoros, mediante audiovisuales, grabaciones, exposiciones y la intervención de conocidos conferencistas, investigadores y estudiosos del género.
“Monte Sonoro” o Centro de Interpretación del Patrimonio Musical Cubano, de la OCC y frente a la Plaza Dolores, acogió el espacio de reflexión del festival.
Igualmente, sobresalieron otros aspectos de la celebración matamorina: la reverencia “a los grandes” del son en el cementerio Santa Ifigenia; la gala de apertura en el Teatro Heredia, bellísima y emotiva por la entrega del Orfeón Santiago, José Carlos, El Violín Trovadoresco; el Septeto Matamoros, María Victoria, los estudiantes de la enseñanza artística en la Camerata Esteban Salas, Ecos del Tivolí, la compañía de danza All Stars, los muy aplaudidos bailadores de El Son de Keka, venidos desde Santiago de los Caballeros, y la inmensa Original de Manzanillo con Pachi Naranjo a la cabeza…
Más de 15 escenarios, además de comunidades y barrios de la ciudad de Santiago de Cuba acogieron a decenas de agrupaciones musicales, con destaque sin lugar a dudas, para el Conjunto de Arsenio Rodríguez, a la altura de su fama internacional, y el Septeto Matamoros, con descendientes de Don Miguel, entre los llegados desde occidente, y los septetos, orquestas y solistas de Santiago de Cuba y otros puntos del oriente cubano.
Ya es oficial que desde el venidero MatamoroSon, el evento teórico de este se llamará Danilo Orozco, en honor al prestigioso musicólogo santiaguero.
Orozco (Santiago de Cuba, 17 de julio de 1944-La Habana, 26 de marzo de 2013) fue musicólogo, investigador y profesor, y sus investigaciones y estudios sobre el son están considerados entre los mejores y más profundos del género en Cuba.
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